Me desperté nervioso porque hoy reabría la panadería que mis padres habían manejado toda su vida, fui a desayunar pero solo conseguí desayunar leche y unos pocos cereales aunque ayer había hecho un pastel, estaba preocupado no solo por la re apertura sino que también estaba preocupado por lo que me contó Effie ya que me estaba costando ocultárselo a Haymicht porque había venido a visitarme varias veces esta semana.
Abrí la tienda y me sorprendí al ver que muchos de los clientes habituales de mi familia seguían viniendo a pesar de que mi familia no estuviera aquí, de repente vi entrar a Effie llorando.
- ¡¡Effie!!, ¿Que te pasa?-
-Quise hablar con Haymicht pero...- Se paro por los sollozos- Fue una mala idea- Me abrazo y apoyo su cabeza en mi hombro. Su pelo ya no era de colores llamativos, ahora era negro y sin pelucas.
-Tranquila, cuéntame lo que paso-
-Entre en su casa porque estaba la puerta abierta y fui hasta la cocina pero cuando me vio se puso como loco y me empezó a gritar que me fuera de su casa y que si le había rechazado antes no quería volverme a ver mas... y yo salí corriendo- Sollozo fuerte- Peeta, yo no puedo... no puedo-
- Tranquila Effie, cuando este preparado se lo dirás- Le dije para consolarla aunque no creo que este preparado nunca para ser padre.
- Nunca estará preparado y yo nunca podre decírselo-
-Si hace falta se lo diré yo pero por ahora es mejor que solo lo sepamos tu y yo. ¿De acuerdo?- Ella asintió.
-Me voy que tengo cosas que hacer, adiós Peeta. Ah y gracias- Le sonreí mientras ella salia por la puerta.
Seguí atendiendo clientes y cuando planeaba cerrar para irme a comer apareció Katniss con cara de enfado.
-Exijo saber lo que esta pasando con Effie, porque estoy preocupada ya que ella es mi amiga también y no solo la tuya-
- Katniss, son cosas privadas y si Effie no te lo quiso contar por algo sera-
-Pues yo necesito saberlo para quitarme esta preocupación de encima-
-No debo contártelo Katniss-
-Haz lo que quieras y por cierto me gustaría saber porque estamos tan raros desde aquella noche, ¿es que acaso no te gusto?
-Me gustas tu y me gusto esa noche, ese es el problema. Yo creo que tu no me quieres-
-Te quiero-
-Demuéstramelo-Me dio un beso largo y que expresaba mucho, eso era suficiente.
Te creo, cerramos las persianas de la tienda y pusimos el cartel de cerrado, después ella y yo nos fundimos como la anterior vez pero esta ya no eramos primerizos.
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